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Poker Argentina - Previa

Leonardo Giuffrida recuerda con cariño el Poker en vivo

Les compartimos su original texto "¿Te acordás cuando eramos felices?".

El argentino Leonardo Giuffrida, quien posee 6 títulos en el Casino Buenos Aires, recordó con humor y nostalgia como era jugar un torneo en vivo en Madero antes del Coronavirus con un posteo en su Facebook.

Este fue su original posteo que nos autorizó a compartir con ustedes:

¿TE ACORDÁS CUANDO ÉRAMOS FELICES?

Llegás un poco tarde porque te retrasaste con ese laburito de último momento que te pidió el jefe, pero no importa, los 3000 puntos extra por puntualidad te los dan hasta el nivel 3, así que todavía queda tiempo para dejar el auto en la parrilla, y así te ahorrás el estacionamiento.

Pasás por Berretín, te quedás analizando si conviene comer algo ahora, porque te morís te hambre, pero te acordás que hoy hay lunch, y preferís seguir de largo. Y si el flaco que labura en los boliches se acordó de traer las cintas de todos los colores como la vez pasada, capaz que también te ahorrás el morfi.

Hacés la fila para inscribirte, mientras carpeteás el reloj para ver si todavía hay tiempo para los 3000 puntos extra saludás a los amigos, esos que solo ves en los torneos y no sabés bien por qué, pero los considerás amigos de toda la vida. Ni siquiera sabés a qué se dedican, ni dónde viven, pero algunos te saludan efusivamente y hasta te abrazan! También te saludan los habituales de cash que están en las mesas cercanas a la ventanilla, y sabiendo que te vas a anotar en el torneo, te desean suerte. Son buena gente, el ambiente te encanta, te sienta bien. En ese momento ya te diste cuenta que te desenchufaste, te olvidaste de los problemas, el poker es tu cable a tierra.

El poker room está que explota, hasta las manos de jugadores, con el bullicio típico de la sala llena, y un fuerte sonido de fichas, bastante inusual, totalmente comparable con el Green Pavillion del Rio, pero con unos cuantos grados más de temperatura.

Te tocó mesa 19, posición 8. El supervisor te vuelve a explicar que las primeras mesas son de cash, que la 19 es la que dice 109, que los números de mesas mas chicos están en el medio (y no adelante), y que por mas que haya 48 mesas, la 13, 14 y 15 son las del fondo, las últimas. Lo mirás medio desconcertado, pero igual le agradecés. Volvés a mirar el ticket para chequear, y decís “Excelente ubicación, desde el asiento 8 puedo captar los tells de toda la mesa”, y con la frente en alto, allá te dirigís.

Encarás por el pasillo, desde la primera mesa ves que un viejo te señala con el dedo y te dice “Que año, eh!!”. “Será por el año pasado”, pensás… “Si este año no metí ni un freeroll!”. Asentís con la cabeza, y seguís. Enfocás la que sería tu mesa y pensás “Esa dealer es re buena onda, es rápida, y tiene un humor ácido para los que le echan la culpa de todo, esos que nunca faltan, ojalá sea esa la mesa 19”. Y sí, es esa! Mientras te vas acercando más, ves que en el asiento 4 está sentado el venezolano, que le regala fichas a todo el mundo, pero a vos te tiene de hijo, y el chato en el asiento 1, luciendo bien alto su famoso anillo.

Saludás a todos amablemente. Le das el ticket a la dealer. Sin verificar absolutamente nada lo pone en la alcancía esa que está en el medio, que molesta a todo el planeta, te da las fichas, y te empezás a acomodar. “Van llegando los pro!” dice el pana. Le sonreís, pero para adentro pensás “Callateeee! Si las últimas 3 veces me eliminaste vos. Y no precisamente con manos Premium, siempre con naipes basura. Y claro! Si lo que tiene en la mano sale en el paño”. Cortás el pensamiento, no querés enviarle más energía, a ver si hoy de nuevo te elimina él con 9-4 off! Y te empezás a concentrar.

Colocás tu amuleto sobre las cartas, ese que ya no es taaaan infalible como antes, ese que le prometiste que al próximo bad beat lo tirás al medio del río. Empezás a jugar con las fichas. Te ponés los auriculares, elegís algo tranqui para escuchar, pero bajo, porque también querés escuchar las explicaciones de las manos que dan tus adversarios, para saber cómo piensan, y para divertirte con esas de “y… tenía que poner 400 para un pozo de 3000” (pagó con 9-6 y terminó perdiendo medio stack), o “el pozo ya estaba hecho” (fue all-in con Q-Q en un flop Q-7-2 rainbow), hay para todos los gustos.

Y empezás a mirar a todos y cada uno de los rivales, para ver sus estilos, para recordar las manos jugadas contra ellos, para ver a quiénes tenés en las ciegas y en posición de robo. Al que está a tu izquierda le ves cara conocida, pero no lo recordás. Mirás su nombre en el tablero, lo googleas, y aparecen unos cuantos galardones. “A este no le robo ni media ciega, ni siquiera lo intento”, pensás. «Carpeteás» con discreción los primeros naipes, decidís si entrás, si subís o si las tirás, y una vez más te decidís por el fold, otra vez de nuevo de vuelta nuevamente. Paciencia!!

A los diez minutos te das cuenta de que te estás cagando de frio, te acordás que en esa posición el aire acondicionado te taladra la bocha, y pensás “hasta en eso se parece hoy Madero Poker al Green Pavillion del Rio, es un congelador”. Te levantás para ponerte la campera con capucha que colgaste en el respaldo de la silla, y justo cuando te das vuelta ves que en la mesa de al lado el Cone muestra su “bluff diario”, esta vez a Ramiro, y te estirás un poco porque escuchás que en la mesa de mas allá, Alexis le pregunta a una mujer “cúanto te queda?”. Claro! Cómo no le va a preguntar? Si los 47 ponys que tiene como amuletos no le dejan ver el stack!

Y mientras te volvés a sentar, se escucha el clásico grito proveniente de las cash: “Fantoma Fantoma Fantoooooma”. Los que no son habituales no comprenden nada. Vos ni te das vuelta porque ya sabés. Vos te quedás mirando el asiento 1 que está vacío, y preguntás “A quién echaron? Me doy vuelta 20 segundos y ya enferman a alguno?” “El chato”, contesta un VT Team. “estaba corto y se jugó con A-J”. “Cómo corto?? Si tenía mas de 40 ciegas!”. “Y… Parece que quería hacer el segundo re-entry”. Y te quedás pensando… “Cómo el segundo reentry? Si recién empieza el tercer nivel! Caso raro el de ese muchacho…” Santa y otros de sus amigos dicen que engorda el pozo a propósito con tantos re-entrys, para cobrar más guita en la FT. Será? Puede ser. El tipo siempre pasa de día chip líder, o cerca. Y gana todos los rankings. Pero bueno, sigamos con nuestro torneo.

Pasaron 3 niveles desde que te sentaste, y tu stack es un sube y baja. Te parás a fumar un «faso», a estirar las patas o simplemente a contarle a tu amigo los bad beats. Volvés y te cagás de risa porque en el camino escuchaste a los personajes de siempre, decir las mismas cosas de siempre. Al tomatero diciendo “Si hoy me voy temprano llego justo para la pelea”. A Pomelo diciendo “Pagué porque estaban enlatadas”, José diciendo “Se voló la dama” (a dónde se voló la dama, José??); a “la roca” diciendo “Yo escribí un libro con esto, papá! El manual del perfecto OGT!”; al gitano diciendo “Yo fondié la Jota”, y al profe Guille haciendo señas de truco, y diciendo en todas y cada una de las manos qué naipes llevaba.

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Volvés. Ni sabés para qué, pero «Chusmeás» el average. Y cuánto falta para el break de cena. Con la única excusa de hablarle, le preguntás a la supervisora hasta qué nivel se juega. Eso sí lo sabés, pero simplemente querés verla cuando se aleja de tu mesa. Si está más buena que el menú de hamburguesa completa que había antes! (y ella lo sabe). Lo bueno viene en frasco chico! Después de ver eso tan lindo, te sentás e intentás volver a concentrarte, pero escuchás cómo en la otra mesa “la maldad” dice con tono irónico “No, señorita! El botón va ahí, y es ciega grande sola”, y la dealer le contesta “Señor, io estoy trabaaaajando!”.

Todos miran, algunos se sonríen, y uno de los “cetáceos” grita “Vamos, muchachos, que hay gente empernada!”. De nuevo tratás de concentrarte. Y de nuevo no podés. Cómo vas a poder? Desde la mesa 100-200 de cash, otra discusión entre Oscar y Loma Negra. Desde el fondo, alguien que le pega un golpazo a la puerta, te das vuelta para mirar, y si… otra vez lo enfermaron al Vikingo! Tu compañero de porcentaje que te toca la espalda y te dice “Boludo, estoy en llamas, me pelé con ases. Tu amigo Pinocho me bancó par de sietes hasta el river y me metió escalera, prestame 3 lucas para el reentry”. El jugador al que le toca hablar sigue metido en el celular. “A vos te toca, Pela!”. “Uy, si, perdón! Es que otra vez me llegó la misma solicitud de amistad en el Facebook, alguien sabe quién carajo es Emmanuel Vivas?”. jajajjajajaja!!! Que linda fauna que hay hoy en el ecosistema! Gracias, Dios, por tanta abundancia!

Seteás los patitos, lo eliminás al Cóndor, y estás casi chip líder. “esta torta no me la sacan ni con la orden de un juez federal”, pensás. Pero al toque recibís AK, y perdés un pozo gigante contra el comuñe de Trelew. “A qué pagás en el flop, Jorge?? Bueno, igual te quiero, amigo, cuidalas”. Para adentro te auto-consolás con un “No pasa nada, sigo muy arriba del promedio”. Después abrís 7♦️6♦️ desde UTG, y el húngaro te 3betea desde la ciega chica. Vos pensás “Tiene sólo AA o KK, estamos deep, si hiteo fuerte lo emperno hasta pasado mañana”. Por supuesto le pagás.

El Flop es bastante bueno, K♦️8♣️ (rainbow). Al hueco de escalera y backdoor de color. Aunque Rainbow es de maracas, dice un burro de NPT. “Tricolor”, que queda mas futbolero. El húngaro Cbetea 1/3 del pozo. Insistís mentalmente “tiene A-A o K-K”. “Pago”, le decís al dealer, que justo es Jhony, el que le pone suspenso de película, y da vuelta las cartas despacito. Aplicás lo que te enseñó Gustavo en el coaching… Y así, suavemente, despacito, ves de costado como un 5♥️ milagroso se va dando vuelta lentamente. La carta del dinero! La que pedimos!! Te vuelve el alma al cuerpo, te sentís Napoleón, te sentís el General Perón, te sentís como el Diego haciéndole el gol con la mano a los ingleses. Ya te ves levantando el cheque, te ves tirando las cartas al aire como te pide la fotógrafa. Que linda que es la vida!! El Húngaro apuesta. Hacés un poco (bastante) de acting, y le resubís. Se juega. (Se juega, la vida me sonríe!!!). Insta call, y da vuelta su set de reyes. “Sin sorpresas”, le decís al dealer, que es otro, es el Chavo, en el medio de la mano cambiaron de dealer y con la adrenalina vos ni te diste cuenta. “Sin sorpresas, por favor” le repetís, ya a modo de súplica. Y ese 4♦️ al river que dobla carta y te devuelve a la realidad. Otra vez a remarla con 12 ciegas.

Mientras te estás quejando para adentro, moviendo la cabecita de un lado para el otro, pasa el tomatero, y te devuelve la sonrisa con el chiste de siempre “Me voy temprano, llego justo para la peleaaaa”. “Qué pelea?” pregunta Pontoni (que no conoce el chiste porque hace rato que no aparecía). “La mía con mi mujer”. Te cagás de risa, y mientras vas caminando para el break de cena, te das cuenta que el perno duró muy poco, caés en la cuenta que es el lugar en donde querés estar, que estás haciendo lo que te gusta, y pensás “la puta madre, que lindo que es este jueguito!!”

Y si… Éramos felices con tan poco…

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Santiago Garcia Mansilla

Padre de 2 hijas. Productor de seguros. Autor de @cuentosdepoker.

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