Revista N° 1 – Jugando en un mundo de hombres
Revista N° 1 – Octubre Noviembre 2009
SECCIÓN: Ladylogia
TITULO: Jugando en un mundo de hombres
Por: Maria Sol Gimenez
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Como en la mayoría de las actividades que realizamos, nos
toca venir desde atrás. Y el poker no es la excepción. Es una
realidad que se nos presenta a diario y nosotras, las muje-
res, tenemos que acostumbrarnos a ella.
En las meses de poker, ya sea en vivo u online, encontramos
siempre mayoría de hombres. Es lógico, siempre se lo con-
sideró un deporte de hombres. Pero siempre hubo mujeres
a lo largo de la historia que nos fueron abriendo el camino.
Hoy, en cualquier lugar en el que nos encontremos, tene-
mos las mismas posibilidades de crecer.
Ahora bien, ¿tenemos siempre las
mismas posibilidades de crecer?
Me gustaría compartir con
ustedes la siguiente histo-
ria. Fue una noche cuando
decidí meterme de lleno en
el mundo del poker. En mi
casa estaban mis tíos y mi
papá sentados alrededor de
la mesa redonda, cubierta por
un paño verde exclusivamente
utilizada para jugar. Desde joven
los vi empezar sus partidas y nunca
me permitían quedarme a ver el juego.
“Pero no, Majo, este no es un juego para
ti”, me decían. Pero con paciencia pude des-
quitarme. Aprendí a jugar por Internet y pasé
horas y horas jugando online para perfeccionar-
me. Después de casi un año de practicar, me senté
a la mesa y puse la paga de la semana. Y dije: ¿alguien
se va a negar a que yo quiera perder este dinero? Al princi-
pio me miraron con desconfianza, pero como ya no era una
jovencita no pudieron negarse. Jugamos y jugamos, hasta
que llegó la hora en la que mis tíos debían volver a sus ca-
sas. Para ese entonces mi dinero se había triplicado. Mi tío,
enojado, no dejaba de repetir que era suerte de principiante.
Mi respuesta fue contundente: “Ambos sabemos que ganar
al poker no es sólo cuestión de suerte”.
Creo que las cosas salen de acuerdo con la actitud que
adoptemos, como me pasó a mí. Practicar con continuidad
y concentrarnos de principio a fin en cada juego son las cla-
ves. Tenemos las mismas posibilidades y dependemos de
nosotras mismas, entonces el límite no existe.
¿Cómo nos sentimos con ese tipo de situaciones? Exclui-
das. Quiero hacer hincapié en este punto, ya que considero
que es el principio de muchas cosas: no debemos bajo nin-
gún punto de vista dejar que nos nieguen la posibilidad de
hacer lo que nos gusta. Tenemos que luchar por disfrutar y
ser felices, incluso en el poker, donde no le hacemos daño
a nadie.
Entonces, la pregunta ahora es: ¿Por qué jugamos? Jugar
es un ejercicio recreativo sometido a reglas, en el cual se
gana o se pierde. Cuando empezamos, como en todo lo que
no se conoce, se pierde. Se pierde porque no tenemos la
experiencia necesaria, que a muchos suele llevarle años de-
sarrollar. Pero la cuestión es que tenemos que tomarlo con
mucha paciencia. Es uno de los grandes
pilares sobre los que se construye en
el poker, sea cual fuere su modali-
dad. Tenemos que estar tranquilas,
no discutir con nadie, no ocupar
nuestra mente con problemas o
hacerlos a un lado por un rato.
Tampoco hay que estar apuradas.
Cuando nos dedicamos a jugar,
hay que hacerlo con mucha concen-
tración. Sobre todo porque las mujeres
tendemos a preocuparnos mucho más
que los hombres.
¿Lo hacemos por diversión? Puede ser. Tomarlo
como diversión está bueno, porque de esta forma
nos desprendernos de mucha presión. No hay que
ganar sí o sí. Pero ojo, cuando no ganamos por no tener
la experiencia necesaria, podemos enloquecernos por re-
cuperar lo que perdimos y ahí corremos el riesgo de perder
todavía más.
¿Jugamos para superarnos? Vencer obstáculos y ciertas di-
ficultades que se nos presentan nos llevan a mejorar nues-
tras cualidades como jugadores.
¿Y si queremos convertir al poker en nuestra profesión?
Podemos hacerlo con mucha experiencia, dedicación, supe-
rándonos día a día, teniendo continuidad, analizando las ju-
gadas que ganamos y analizar con más profundidad las que
perdemos, porque dicen los que saben que las cosas que
hacemos bien, quedan grabadas en nuestra mente, pero las
que hacemos mal, no. Es por eso que debemos verla una
vez, otra y otra más.
¿Qué nos motiva? La pasión por jugar. ¿Hasta dónde vamos
a llegar? No sabemos. ¿Hasta cuándo vamos a jugar? Hasta
que nosotras queramos. Porque el poker ya no es sólo para
hombres.
Que se diviertan y nos vemos en la próxima.