En el poker, polarizar se entiende como el proceso mental de un jugador cuando debe descifrar el rango a un rival y solo recae en dos opciones: o tiene nuts o no tiene absolutamente nada. Esta dicotomía normalmente acepta que el jugador analizado traiga o una mano extremadamente fuerte o la esté representando, ya que los procesos de polarización suelen sucederse contra apuestas fuertes.
Pongamos un ejemplo simple: el board muestra J-6-7-8-2 con 4 corazones en mesa. La acción es checkeada hasta el último jugador, que decide hacer un overbet sobre el pozo con otros 3 jugadores en la mano aún. Aquí tenemos en ejemplo una situación donde se polariza al rival: evidentemente no hará tal apuesta con un 10 de corazones o similar, ya que estaría esperando llevárselo sin sorpresas. Tampoco tratará de convertir un set o dobles pares en bluff, por lo que o trae un corazón muy alto (K o A) o trata de llevarse el pozo en bluff aprovechando la textura de las cartas comunitarias y el poder de la agresión.
Enfrentarse y descifrar a un jugador con un rango muy polarizado es uno de los momentos más difíciles en la mesa, aún más si el rival posee un juego ecléctico, de mucha variación y suelen hacer movimientos así.
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